A solo 800 metros de distancia
ZUR YIGAL ES UN CONDOMINIO ISRAELÍ DONDE LAS FAMILIAS VIVEN CON APARENTE NORMALIDAD Y ACASO CON LUJO. QALQUIYA ES UNA POBLACIÓN PALESTINA DE DONDE CADA DÍA SALEN 1.300 PERSONAS PARA TRABAJAR
Carlos Novoa Shuña
Enviado especial
ZUR YIGAL, ISRAEL/QALQUIYA, AUTORIDAD PALESTINA. Kfar Sava es una ciudad israelí ubicada 20 kilómetros al norte de Tel Aviv. Desde aquí avanzamos unos diez minutos en ómnibus y llegamos a la aldea comunitaria Zur Yigal, una especie de gran condominio donde se respira la alta calidad de vida israelí al más puro estilo de los barrios de Florida, en Estados Unidos, o si quiere una referencia peruana, como si estuviera en algún barrio de lujo que circunda las playas de Asia.
La increíble diferencia es que esta suerte de paraíso israelí está solo a 800 metros de distancia de la ciudad palestina de Qalquiya, de unos 30 mil habitantes.
Llegamos hasta un puesto de control militar, conocido como 'checkpoint', al lado de la carretera numero 6 de Israel. Son las 5 de la tarde y hay un sol que no quema pero limpia el cielo como anunciando el final de este generoso invierno. Un discreto edificio de dos pisos asoma en medio de gigantescos campos agrícolas divididos por un alambrado de unos seis metros de altura que divide el sector israelí del palestino.
Las casas de los palestinos son como cajas blancas ubicadas una encima de la otra. Qalquiya es una montaña que de lejos parece uno de esos barrios marginales ubicados en algún cerro de Lima, Quito o Caracas. O tal vez una favela de Río de Janeiro.
Parece que hubiera una mezquita cada tanto. Se las divisa desde lejos porque están iluminadas con una luz verde. No nos dejan pasar al lado palestino, pero el jefe del puesto de control sale a conversar con el grupo de periodistas latinoamericanos que me acompañan. Se llama Eial Yial, es teniente y tiene 22 años. Dice que cada día tienen unas 50 alertas de ataques terroristas y por eso han redoblado los controles. Los israelíes nunca pasan al lado palestino. Pero cada día cruzan el puesto unos 1.200 palestinos. La mayoría son albañiles, pero también hay comerciantes y agricultores.
Este es el principal cruce entre Qalquiya y el lado israelí, aunque hay otros puestos de control menores.
En este sector solo hay una cerca de alambres, no es todavía parte del muro de seguridad construido de hormigón que en algunas zonas atraviesa sectores palestinos, lo que ha motivado una fuerte ola de críticas de la comunidad internacional contra el Gobierno Israelí.
Pero para los israelíes la cerca es una cuestión de seguridad. "Si no hubiera cerca, los terroristas palestinos pasarían con libertad absoluta. La cerca tiene cinco años, cuesta pensar que esto fuera un campo abierto", dice el teniente Eial Yial.
Mientras tanto, dos palestinas de mediana edad regresan a su pueblo. Veo cómo muestran sus papeles pare reingresar a Qalquiya ante la atenta mirada de los soldados israelíes.
DEL OTRO LADO DE LA CERCA
El ómnibus da una vuelta y en tres minutos llegamos a Zur Yigal. Hace 11 años no existía este condominio en el que hoy viven unas cinco mil personas. Son unas 200 casas que tienen 330 metros cuadrados cada una, con un área construida de 160 metros cuadrados. El precio promedio es de 100 mil dólares, una cifra relativamente cómoda para la realidad israelí.
Eram Landau es un uruguayo que hace 40 años vive en Israel. Él dice que vino a vivir aquí porque quería darle una alta calidad de vida a su familia. Razón no le falta si vemos los alrededores. Es como el barrio que cualquier padre de familia soñaría para sus hijos. Mucha área verde para respirar aire puro y todo tipo de facilidades para que jueguen los niños. Una escuela en la que los niños caminan despreocupados, corren, saltan y juegan como en cualquier parte del mundo.
Todo parece bien, salvo por un detalle: Detrás de la escuela hay un muro que se prolonga unos metros y sigue con una valla de alambres. Luego vienen unos campos que están dentro de lo que es el territorio de Judea y Samaria, es decir Cisjordania. Mas allá, a 800 metros, la ciudad de Qalquiya.
En los peores años de la Intifada, esta escuela sufría los disparos de algunos francotiradores. Eram cuenta que los propios vecinos suelen formar sus patrullas para defender la zona. Le preguntamos por qué no se va a otra zona más alejada. Dice que siempre luchó por esto y que esta es su casa. Me cuesta creer el abismo tan grande que existe entre este condominio israelí de ensueño y la miseria en la que viven los palestinos a solo 800 metros de distancia.
PARA RECORDAR
Israel comenzó a levantar en junio del 2002 un muro de separación con Cisjordania.
Sin embargo, la construcción supone la anexión a Israel de un 8% de territorio cisjordano, donde además viven unos 10.000 palestinos.
Israel argumenta que se trata de una cerca destinada a protegerlo de ataques extremistas.
La construcción continúa a pesar de que la Corte Internacional de Justicia de la Haya la ha declarado ilegal.
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