miércoles, mayo 24, 2006

Una visita a Ramala

Claudita Belfort de Brasil, Margarita Rojas de Colombia y Carlos Novoa de Perú, acabábamos de pasar el checkpoint de Qalandia y la adrenalina estaba altísima. Al fin estábamos en territorio palestino.



Una vista del mercado central de Ramala con todos sus olores, colores y sabores.


Ramala, la sede del Gobierno Palestino, tiene 70 mil habitantes y está dividida de Jerusalén por el muro construido por los israelíes. Para acceder se debe atravesar un puesto de control

Hamas está listo para gobernar

RAMALA. Es domingo y son las 8 de la mañana en el puesto de control de Qalandia. El helado viento contrasta con el fuerte sol que ilumina este sector que divide la parte israelí del ingreso al sector palestino. De un lado el famoso y cuestionado muro o valla que para los israelíes es sinónimo de seguridad, mientras que para los palestinos se trata de un símbolo de opresión.
He pasado el puesto de control junto con decenas de palestinos que vuelven a Ramala. Atravesamos un camino rodeado de enormes bloques de hormigón sin que nadie nos pida nada. Reacciono cuando un caballero de unos 60 años, ataviado con la kefia -ese pañuelo que Yasser Arafat llevaba en su cabeza- me ofrece unos pantalones.
Es un mercado ambulante que por un momento me hace recordar la avenida Abancay, de Lima, en tiempos de caos. Ropa usada, zapatos, juguetes, relojes de dudosa procedencia, recuerdos, dulces, controles remotos en medio de ensordecedores gritos de frases en árabe, tiendas de campaña, construcciones que quedaron inconclusas. Veo de todo un poco mientras avanzo a un paradero de 'sheruts', unas combis amarillas que por 2,50 shekels, medio dólar, nos traslada hasta el centro de Ramala.
Me acompaña Román Abu Sneineh Moriano, un joven que supera los 20 años y estudia Relaciones Internacionales en Israel. ...l es hijo de un árabe de Jerusalén y de madre peruana. Sus padres son médicos y se conocieron cuando estudiaban en la otrora Unión Soviética. Román habla seis idiomas, vivió dos años en Ramala, se considera palestino y envía saludos a su abuela que vive en Lima.
Ramala es la sede de Gobierno Palestino y tiene 70 mil habitantes. Está localizada a 15 kilómetros al noroeste de Jerusalén y, más que una ciudad árabe, parece un barrio más de Jerusalén, salvo, evidentemente, por la cerca de seguridad.

DOS CARAS
La agitada actividad de las zonas aledañas al puesto de control o en el centro de la ciudad, contrasta con la Ramala de clase media alta.
Dos son las figuras predominantes en las paredes de la ciudad. Yasser Arafat, padre de la nación palestina, y el jeque Ahmed Yassin, aquel anciano paralítico de espesa barba blanca que fue muerto por el ejército israelí debido a que se trataba de un peligroso instigador contra los judíos.
Un destartalado taxi nos deja en la oficina del ministro de Información palestino Ahmed Soboh, quien en un casi perfecto español practicado durante sus años de trabajo en España y México, nos da la posición oficial del gobierno.
Al terminar la entrevista, Soboh dispone que un auto oficial nos lleve a la Mukata, el cuartel general que cumple las funciones de palacio presidencial palestino. La Mukata, en árabe significa el distrito, fue el lugar en el que en el 2002 Yasser Arafat fue sitiado durante cinco semanas por el ejército israelí.
Hoy no quedan evidencias del acoso ni la destrucción parcial de este otrora fuerte británico. Por el contrario, las autoridades palestinas cumplen sus actividades con normalidad, mientras en un patio aledaño yace la tumba de Arafat cubierta por la bandera palestina. Unos policías nos dicen que ya estuvimos suficiente tiempo y debíamos salir de la Mukata. Nuestro siguiente destino, el parlamento palestino, allí pedimos hablar con Aziz Duwak, miembro de Hamas y uno de los líderes del próximo gobierno. Su secretaria dice es imposible por falta de agenda.
Entonces, nos dan una dirección en el centro de Ramala. Después de caminar unas 10 cuadras, de nuevo estamos en medio del caos del centro, bullanguero, repleto de comerciantes y comensales que salen de restaurantes que emanan un olor a fritanga, combinado con especies.
Un edificio incoloro, tal vez fue crema. En el primer piso una cabina de Internet, en el segundo una juguería, en el tercero, cuarto y quinto oficinas. De nuevo la figura del jeque Yassin en las paredes. Y en el sexto piso, una oficina que pretende pasar desapercibida se abre de súbito.
Se trata de uno de los dominios de Hamas, la agrupación acusada de terrorismo, pero que hoy es la vedette en la vida política palestina. El máximo vocero y futuro congresista Farhat Asaad nos mira intrigados. Sus asesores nos indican que están muy ocupados definiendo los detalles de su próximo gobierno desde el Parlamento. Pero nuestra insistencia da resultados y Asaad acepta una entrevista.
Al caer la tarde estamos de nuevo en el puesto de control. Esta vez hacemos una regular cola, pero no tenemos mayor problema para volver al lado israelí.

MAS DATOS.
Hoy se presenta el nuevo gobierno Ismail Haniya, designado primer ministro palestino, presentará hoy al presidente Mahmud Abbas al nuevo gabinete formado por integrantes de Hamas.
El plan de Hamas era formar un gobierno de unidad nacional, pero casi todos los partidos rechazaron la propuesta. Al Fatah, el grupo del presidente Abbas, criticó la postura de Hamas de no aceptar una conferencia internacional para intentar retomar el diálogo con los israelíes. Hamas ha designado ministros profesionales que tengan coincidencias con sus ¡postulados ideológicos.

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