martes, noviembre 09, 2010

Una limeña en el ejército israelí



HISTORIAS DEL MEDIO ORIENTE

La soldado israelí que llegó de San Miguel

La peruana Susana Vargas, 23 años, es una de los tantos soldados extranjeros que forman parte de la fuerza armada hebrea

TEL AVIV. Hace tres años Susana Vargas pasaba sus días trabajando en Saga de San Miguel, su distrito de siempre. Ella ni se imaginaba cuánto iba a cambiar su vida. Desde hace dos años es parte del ejército israelí.
Si no tuviera el uniforme de soldado, la imaginaríamos como alguna de esas miles de chicas de 23 años que tal vez hoy caminen despreocupadamente por las calles de Lima.
Pero Susana es una soldado de Israel y tras un par de días descanso en Batyam, una ciudad contigua a Tel Aviv, se prepara para regresar a su base en la frontera con Egipto.
Llegó a Israel para conocer a su padre, un judío peruano que vive en Israel, y se instaló junto a sus tías, peruanas de Loreto, quienes como judías están acostumbradas al ritmo de vida en este país, pero jamás olvidan sus tradiciones peruanas. “Si no hubiera sabido que era judía, tal vez nunca hubiera salido del Perú”, enfatiza.
“Lo que más extraño del Perú es la comida. Fue difícil al principio, pero luego me fui acostumbrando, pues al comienzo en el ejército solo comíamos atún, choclo, shawaarma -una suerte sandwich de cualquier tipo de carne, menos cerdo, muy común en el Medio Oriente”, cuenta risueña.
Evita detallar cosas relacionadas con el ejército, como qué tipo de armas usa, qué tipo de entrenamiento tiene o si ha entrado a la franja de Gaza, aunque sugiera que ha estado muy cerca.
“Otra cosa que definitivamente me fue difícil fue aprender el idioma hebreo. Llegué sin saber nada y ahora no solo lo hablo, sino también lo escribo. Si alguien te da una orden y no entiendes porque estás aprendiendo el idioma, entonces te ayudan, te hacen entender de alguna manera”, comenta.
En sus ratos libres, cuando está de permiso, le gusta chatear con sus amigos peruanos e israelíes y aprovecha las herramientas de la tecnología. “El otro día entré a un foro de una página web peruana porque veía que se desinformaba cuando se tocaba el tema del conflicto aquí”.
“Mi madre está en el Perú y espero verla pronto, también extraño a mis amigos y algo de las fiestas. Pero me he acostumbrado al ejército israelí y hoy me siento cómoda por defender a mi país que es este. Uno aprende lo que significa ser israelí, así haya venido con 21 años como me ocurrió a mí”, sostiene.
“La experiencia del ejército israelí es parte de la vida aquí. Los sorprendente es que te encuentras con gente de todo el mundo. Hay argentinos, marroquíes, rusos, peruanos. Esta es la mejor manera de entrar a la sociedad israelí que es muy variada”.
Susana dice que le gustaría seguir su carrera en el ejército israelí. “He encontrado mi vocación, me falta un año más para terminar mi servicio, pero yo quiero seguir, mi mayor anhelo es entrar a la escuela de oficiales y seguir siendo parte de este ejército. Aquí no solo se sirve al país, sino se da la vida peleando por este país”, concluye.

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